A pesar de los pesares – calendarios mucho más apretados, diferencias fiscales, crisis económica- el baloncesto ACB ha conseguido, una temporada más, demostrar su hegemonía en el viejo continente, metiendo a tres de sus representantes entre los ocho mejores equipos de Europa. Si a eso le añadimos que Uxue Bilbao Basket jugará la final de la Eurocup el sábado día 13 de abril ante el Lokomotiv de Moscú, habremos de convenir que estamos ante una gesta digna de reseñar.Social Media for Business here
Seis grandes ciudades y una pequeña población. Como recordando a la pequeña aldea en la que Asterix y Obelix peleaban, jabalís de por medio, contra el imperio romano, Vitoria ha vuelto a colocar su nombre en mapa europeo junto a megalópolis como Moscú, Atenas, Tel Aviv, Estambul, Madrid y Barcelona. Lo hizo el equipo de Zan Tabak in extremis, ganando al Montepaschi en la última jornada con un Lampe sideral, con Nocioni peleando con las agallas habituales, con un pabellón dejándose el alma por su equipo y apelando al final del partido a los contactos, que angustiosamente informaban en el vestuario de cada canasta que iba produciéndose en los partidos Barça – Maccabi y Olympiakos – Khimki.
La recompensa supone jugar a cinco partidos, con el factor cancha en contra, ante el que posiblemente sea el equipo más redondo de Europa, el CSKA de Moscú. Los moscovitas ya tenían la mejor plantilla la pasada campaña, pero entonces no estaba el maestro Ettore Messina sentando en el banquillo. Palabras mayores. La gesta para los vitorianos parece complicada ante los Teodosic, Papaloukas, Weems, Krstic y compañía, pero habrá batalla de las duras. Seguro que la habrá. El rival de CSKA o Baskonia en la Final Four de Londres saldrá del vencedor del duelo entre el vigente campeón, el Olympiakos, y el Anadolu Efes, el indolente equipo de Estambul, plagado de estrellas pero muy poco solidario como equipo. O sea, exactamente lo contrario que los griegos.
Para la otra parte del cuadro nos esperan grandes emociones. El Real Madrid recuperó la sonrisa. El análisis del juego blanco tiene que ser necesariamente simplón. Pido perdón por ello, pero no se me ocurre otra fórmula para explicar lo de los blancos. Todo consiste en meter o no meter, especialmente desde fuera. Si no se mete se sufre una enormidad. No parece haber plan B porque el juego interior del Real Madrid es posiblemente el más flojo de los ocho equipos que quedan en liza. Si se mete, todo es como una ópera en la Scala de Milán. La grandilocuencia alcanza momentos sublimes, como los que anoche regalaron Mirotic en un mate a una mano remontando la línea de fondo, o Rudy y Slaughter, con sendos alley oops dignos de ser locutados por cualquier locutor texano que se precie. Cuando se mete todo es fácil y la inercia se transmite incluso a la defensa. Como hay ganas de jugar en ataque y continuar interpretando la ópera hay ganas de sacrificarse en defensa. El premio es la diversión, clave en el conjunto de Pablo Laso.
No será fácil el duelo de cuartos ante el Maccabi de Tel Aviv, un equipo acostumbrado a estar en la Final Four, que mueve masas y mucho dinero, y cuya influencia en el baloncesto europeo es evidente. Y lo que es más importante. El Maccabi es un gran equipo, que viene claramente de menos a más esta temporada, con otro de los grandes entrenadores del baloncesto FIBA en el banquillo: David Blatt.
El vencedor del duelo entre madridistas y macabeos se medirá en Londres al que resulte airoso del Barça Regal – Panathinaikos. Eliminatoria trampa para los de Xavi Pascual, que hubieran pasado por encima del Anadolu Efes sin grandes dificultades, pero que ahora van a tener que sufrir ante tan incómodo rival. Schortsanitis contra Jawai en la pintura. Duelo de colosos. El kilo de carne, que tanto se cotiza en el baloncesto europeo, tendrá su clímax en Barcelona y Atenas. La teoría nos invita a pensar que el Barça tiene más recursos que el Panathinaikos, pero todo va a depender de Navarro, lesionado ayer en el Palau por enésima vez en el último año. Con Oleson descartado por no poder jugar competición europea y la enfermedad del insustituible Pete Mickeal, el Barcelona necesita de un Navarro sano para buscar el equilibrio entre el juego interior y el exterior. Si La Bomba no puede estar, las dificultades serán extremas para los catalanes, con un PAO que aprovechará su experiencia para cerrarse en la zona e impedir que Tomic, Jawai o Lorbek puedan recibir balones en el poste bajo.
Llegan los Play Offs de cuartos de final de una competición, la Euroliga, que sigue creciendo en interés temporada tras temporada. Solo la televisión, incomprensiblemente, no parece estar a la altura, con ciudadanos de segunda que se quedan sin poder presenciar partidos del más alto nivel. Sin alta definición en la mayoría de los partidos. El producto parece, hoy por hoy, bastante superior a lo que los medios de comunicación son capaces de transmitir.
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