En un partido repleto de focos, el principal lo reclamó David de Gea. El meta del United sacó todos los remates del Madrid menos el de Cristiano, infalible en su cita con el gol. El tanto del luso neutralizó el previo de Welbeck, el enésimo que el Madrid recibe este año a balón parado. Sólo de goles anduvo escaso un partido en el que hubo dos postes -uno por equipo- y De Gea se las apañó para llevar a Mánchester en clara ventaja para su equipo.
El Madrid encaja el enésimo gol a balón parado de la temporada, circunstancia que se repite en un momento en el que los errores se pagan muy caros
En apenas diez días, el Madrid se tendrá que jugar la temporada en el Camp Nou y Old Trafford, dos de los estadios más complicados del mundo. A Inglaterra pudieron los blancos viajar menos exigidos, en especial tras un notable primer tiempo. Arranque intenso, plagado de ocasiones: Khedira, Di María, Coentrao... Fue el lateral el que más cerca lo tuvo, en un remate con la derecha que De Gea rozó con las costuras de los guantes para desviar a la madera. Fue su primera gran intervención de la noche. No sería la última.
El Madrid, con el once de gala, siguió apretando. Özil bailaba sobre la línea de cal, Cristiano abusaba de las limitaciones de Rafael y Xabi marcaba el tempo. Pero el Manchester, en su primera llegada, hizo bingo. Córner a favor del United, balón tenso de Rooney y cabezazo sencillísimo de Welbeck, sin oposición de Ramos. El problema a balón parado, que lleva todo el año mermando el juego blanco, reapareció en el peor momento, cuando más caros se pagan este tipo de deficits. Que sean estructurales o individuales es uno de los grandes debates de la temporada.
Tremendo gol de Cristiano, un cabezazo al nivel de los mejores firmados por el mítico Carlos Santillana
El United sacaba petróleo de un planteamiento tan sencillo como eficaz: balones largos a Van Persie para la prolongación a Kagawa o Welbeck y tantos viajes a la esquina como fuera posible. En el primer tiempo hubo seis, media docena de amagos de infarto para el Bernabéu.
Como es habitual, Cristiano acudió al rescate del Madrid que no podía creer lo mal que se le había puesto el partido. Centro desde la derecha de Di María y Cristiano, elevándose un cuerpo por encima de Evra, clava el cabezazo junto al palo izquierdo de De Gea. El remate fue un revival de Santillana con rasgos del gol del propio Ronaldo en la final de Copa de 2011. Además, tuvo el efecto lógico de volver a meter al Madrid en el partido. La recta final del primer tiempo fue otro carrusel de ocasiones blancas: dos de Özil y dos de Cristiano, en especial un zurdazo que salío rozando el palo de De Gea.
Van Persie, en la segunda mitad, dispuso de hasta tres ocasiones que pudieron suponer un resultado aún más cruel para los blancos
La intensidad del primer tiempo decayó tras el paso por vestuarios. El Madrid fue perdiendo fuelle a medida que a Xabi empezaba a fallarle el pubis y sus ataques carecieron de claridad ante las dos líneas defensivas del United. El acoso no era tan feroz como en el primer tiempo, pero de nuevo De Gea sostuvo a su equipo. En especial en un nuevo remate de Coentrao que el meta sacó con el pie. Una acción tan heterodoxa como decisiva, y que pudo serlo más si Van persie hubiera aprovechado su doble ocasión a mitad del segundo acto: derechazo desviado por Diego López a la madera y vaselina blanda que saca Alonso casi con su último aliento.
Cristiano, que celebró su gol con tibieza, tuvo ocasión de acabar una noche más en héroe. Primero, con un golpe franco que se fue dos palmos por encima del larguero inglés. Y, luego, no acertando a rematar en boca de gol, obstaculizado por Phil Jones. Pero también Van Persie pudo firmar un final más trágico para los blancos. Diego López, mucho mejor en el segundo tiempo, evitó que el holandés añadiera el gol a su generosísima labor de equipo. Y, de paso, deja abierto el acceso a cuartos. Con el United, eso sí, un pasito por delante. Como el Barça. En tres semanas, para bien o para mal, se decice la temporada del Madrid.
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