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Di María celebra uno de sus dos goles al Valencia | Reuters
El Real Madrid acalló ayer a golpe de goleada las críticas que en los últimos días venían azuzando al equipo de José Mourinho. El 0-5 en Valencia sirvió para relajar los ánimos tensos del vestuario merengue y, de paso, dar alas a un puñado de hombres también cuestionados en jornadas precedentes.
Uno de esos jugadores fue Di María, autor de una soberbia primera parte que remachó con su doblete a los ché. Tras terminar el partido, y ya con los micrófonos de Canal + delante, 'el fideo' apuntó y disparó. "Con este partido habré callado algunas bocas".
El comentario disparó las especulaciones. ¿A qué se refería? ¿A Albelda y sus críticas tras el partido del miércoles -"Di María ha sido el mejor [por sus críticas al árbitro]"-? ¿A José Mourinho tras la bronca que le echó en Pamplona? ¿Qué quería decir?
Él mismo lo dejó claro en zona mixta, y ya para todas las radios y televisiones. "Sirve para reivindicarme, para seguir sumando y para demostrar lo que dije el otro día en la conferencia de prensa, que quiero tratar de dar la vuelta a esto y demostrar que la plata no me interesa", comentó.
La referencia a la plata, al dinero, disipó la niebla. Hablaba de la portada que el pasado martes dedicó el diario Marca al futbolista argentino, ésa en la que se revelaba el contenido de la charla de Mourinho.
Él, Di María, como otros tantos jugadores del Real Madrid, no se han encontrado cómodos con ciertas informaciones aparecidas en los medios en los últimos tiempos. Y no por falsas, más bien por todo lo contrario, por verdaderas. Él, como algunos de sus compañeros, buscan al chivato que filtra las intimidades del vestuario a los medios de comunicación.
Una semana transparente
Di María no ha sido el único afectado por estas filtraciones en una semana, la que ya hemos dejado atrás, más que 'transparente' en lo que al vestuario blanco se refiere. Si el martes se daba a conocer la bronca de Mourinho al argentino, el jueves se conoció la que Cristiano había lanzado al técnico blanco por increparlo durante el choque de Copa del Rey frente al Valencia.
A lo largo de la temporada, otras tantas revelaciones han sacudido el vestuario del equipo merengue. Desde los enfados de Rui Faria con Fabio Coentrao a las discusiones de Casillas y Sergio Ramos con el cuerpo técnico, pasando por los pensamientos de algunos jugadores sobre su técnico.
Él, Mourinho, ya trató de destapar quién era el o los jugadores que trataban de ensuciar su imagen dando a conocer a la prensa lo que sucedía en la intimidad del cambiador. Ocurrió el día al que a Antón Meana, periodista de Radio Marca, le habló de , mientras trataba de intimidarle por sus informaciones.
De nada valió aquello. Ni se supieron los nombres de los chivatos, ni se cortaron las filtraciones. Todo siguió como hasta ahora, para malestar del propio Mourinho y de algunos de estos futbolistas.
Algunos de los jugadores señalados entienden que los 'chivatos' en cuestión tratan de ridiculizarles ante la afición para buscar su reacción o el escarnio público ante ciertas actitudes. Resulta, insisten, anecdótico que la mayoría de los señalados son hombres que pertenecen a algunos de los 'clanes' más criticados, como ocurre en el caso de los hombres de Mendes.
Sin embargo, les despista el hecho de que otros futbolistas ajenos al estos grupos también sean 'víctimas' de estas filtraciones, como sucede con Sergio Ramos y el enfado de Mourinho tras su expulsión contra el Celta. Sea como fuere, la mayoría tiene claro de que uno de los suyos habla más de lo que a ellos les gustaría, algo que no parece estar sentando demasiado bien al vestuario merengue en lo que llevamos de temporada.
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