El Real Madrid consiguió en el estadio olímpico de OAKA una victoria de oro que le permite seguir invicto en la Euroliga, pese a conseguir su anotación más baja de toda la temporada, 54-58, ante un Panathinaikos que se fundió al final ante la buena defensa madrileña.
Si el Real Madrid se va a vestuarios tras los dos primeros cuartos, esta temporada, habiendo anotado sólo 27 puntos, es señal de que las cosas no han ido bien para los jugadores de Pablo Laso.
Los problemas se vieron desde el primer momento, por las imprecisiones en los pases, por la falta de posiciones claras de tiro y por las dificultades para jugar en la pintura.
Tampoco en defensa el trabajo fue limpio, porque a base de kilos bajo los aros y de buenas transiciones, el Panathinaikos, con Bramos y Tsartsaris como principales estiletes, rápidamente comenzó a gozar de ventajas en el marcador, 16-9 en el minuto 8.
El Panathinaikos acabó el primer cuarto con la máxima ventaja hasta ese momento, 20-11.
Otra canasta inicial para los griegos hizo que las alarmas se encendieran por primera vez en el Real Madrid. Y fue el capitán, Felipe Reyes, el que primero dio la cara con un dos más uno y un triple frontal para poner un 22-17 en el luminoso (min. 22.30).
El Madrid demostró tener aprendido la manera de parar a Schortsanitis, con ayudas, pero no tuvo tanta fortuna con Tsartsaris y eso unido al juego trabado que impusieron los helenos y a las imprecisiones en los pases de los madridistas, hizo que el marcador siguiera abriendo diferencias a favor de los locales.
La dura defensa del Panathinaikos se vio favorecida por la permisividad del trío arbitral, mientras que en el Real Madrid no fluyeron las buenas sensaciones. La máxima ventaja la consiguió el Panathinaikos en el minuto 19, 37,23.
Al descanso, 37-27, que conforme transcurrieron los primeros 20 minutos no fue un marcador demasiado malo, máxime si el Madrid sólo anotó 3 triples de 14 intentos (Rudy, Felipe Reyes y Hettsheimeir).
El paso por vestuarios sirvió para que los jugadores del Real Madrid salieran concienciados de que cualquier intento de abrazar la victoria pasaba por cerrar los puños en defensa y crecer a partir de ahí en ataque.
Un 0-4 en los dos primeros minutos, 37-31, fue el primer paso de un Real Madrid consciente de que tenía que aceptar la lucha cuerpo a cuerpo que propuso el Panathinaikos.
La defensa zonal griega y los bajos porcentajes de acierto en el tiro fueron las causas de que el marcador remontara con ventajas helenas que volvieron a superar la decena de puntos, 49-38 (min. 27.45).
Pero un esprint final del Real Madrid le permitió llegar al término del tercer cuarto con las puertas de la victoria todavía entreabiertas, 49-44, tras un 12-17 de parcial en los últimos diez minutos.
El Madrid siguió en su línea de jugar bien los últimos minutos y punto a punto fue recortando el marcador hasta ponerse por delante, 54-55, tras un triple de Sergio Rodríguez a falta de tres minutos y medio. El parcial fue de 0-11.
El miedo se tiñó de verde. La defensa madridista, ahora sí, maniató al Panathinaikos, que comenzó a fallar hasta el punto de anotar sólo 5 puntos en el cuarto.
Panathinaikos siguió sin anotar (0-14) y El Madrid consiguió una victoria de oro, que le permite seguir invicto, con su anotación más baja de la temporada.
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