Diego López, último fichaje del Real Madrid, ya conoce cómo es el club madrileño por dentro. Pese a comenzar su carrera como futbolista en el Lugo, su formación se produjo en 'La Fábrica' merengue cuando se incorporó en el 2000.
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1 FotoEl cancerbero se ganó a pulso el salto al primer equipo. Tras una cesión al Alcorcón, regresó con fuerza y experiencia para ser uno de los pilares del ascenso a Segunda División del Real Madrid Castilla en la temporada 2004-2005.
Meses después dio el salto a la primera plantilla, iniciando una sana competencia con Iker Casillas, cuya relación no podría ser mejor. Una buena relación que reinó durante las dos temporadas en las que el canterano intentó tomar un pulso deportivo con el ahora capitán madridista, que estará de baja por lesión aproximadamente tres meses.
Cuando el gallego salió en verano de 2007 con destino Villarreal, nadie podría imaginar que volvería para cubrir la baja del portero que le tapó su progresión durante dos largos años. La sombra de Iker Casillas era tan alargada en la casa blanca, que con 26 años no pudo desaprovechar la oportunidad de volar por sí solo en un equipo de Champions como el 'submarino amarillo'. Ni siquiera el gusto de Capello por los porteros altos le dio opción de poner en pie al Bernabéu con sus paradas.
Cansado de no tener oportunidades y jugar solo partidos de Copa del Rey, Diego decidió salir del Real Madrid consiguiendo un prestigio internacional que incluyó la confianza de Vicente del Bosque en 2009 como tercer portero tras Casillas y Pepe Reina. Tras cinco años felices en Castellón, el descenso del conjunto amarillo provocó su salida al Sevilla.
Es un cancerbero de calidad, seguro por alto y rápido con los pies. Diego López tiene la mentalidad de un jugador criado en el Real Madrid, y la experiencia otorgada por varias temporadas campando por Europa con el Villarreal. En su carrera, solo una breve mancha en el Sevilla donde no gozó de oportunidades ante la competencia de Palop.
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