Sigue el subidón madridista. En tres días el equipo de Mourinho ha lavado su imagen. En el 0-5 de Liga recuperó las imágenes del Madrid de los 100 puntos, el de la contra asesina y la pegada fulminante. Ayer, sin jugar bien, se encontró con un gol de Benzema que mató la eliminatoria. Mourinho ha dado un paso atrás y se nota. Ha cedido el protagonismo a sus jugadores y se ha hecho a un lado. No es que se haya quitado de enmedio, pero este despertar madridista se produce con un CR7 imparable, con Di María como una flecha y con Kedhira siendo importante. Florentino le ha puesto la cremallera para que el volcán blanco quede dormido hasta mayo.
Mou ha hincado la rodilla en la Liga y ahora se trata de salvarse en la Copa y especialmente en la Champions, dónde los jugadores han pactado 600.000 euros del ala por ganarla. A Florentino le da igual perder 65 por Kakáque ofrecer el Bernabéu por la Décima. Este Madrid de la autogestión está en 'semis' de la Copa y ha fiado todo su prestigio en Europa.
El Málaga se interpone en el clásico copero. Esta noche se verá si el Barça ha recuperado las mejores sensaciones. En Anoeta, los titulares perdonaron en la primera parte y se apagaron en la segunda. Agirretxe sentenció al líder en el último minuto y Camacho dio el empate a los malagueños en la Copa en el Camp Nou, así que se impone madurez y concentración. Se pone a prueba el conocido temple del Barça en las finales y su capacidad para ser intenso sin distracciones. Mou espera ponerse las medallas al final, aunque ahora sus jugadores pasen del capataz y se organicen como una cooperativa.. Y no les va mal.
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