Paginas

domingo, 2 de junio de 2013

El Real Madrid derrota a Osasuna en el adiós de José Mourinho

Real Madrid, 4 - Osasuna, 2

  • Real Madrid: Jesús Fernández; Callejón, Raúl Albiol, Carvalho, Arbeloa (Llorente, m.85); Essien, Modric; Di María (Nacho Fernández, m.46), Özil (Omar, m.81), Benzema; e Higuaín.

    Osasuna: Asier Riesgo (Ricardo, m.75); Oier, Rubén, Unai García, Nano; Silva (Maikel, m.78), Timor; Cejudo, Armenteros, Roberto Torres; y Llorente (Manu Onwu, m.46).

    Goles: 1-0, m.35: Higuaín. 2-0, m.38: Essien. 2-1, m.52: Roberto Torres. 2-2, m.64: Cejudo. 3-2, m.69: Benzema. 4-2, m.88: Callejón.

    Árbitro: Pérez Lasa (Comité Vasco). Amonestó a Higuaín (44) por el Real Madrid, y a Unai (44) por Osasuna.

    Incidencias: encuentro correspondiente a la 38a jornada, última de la Liga BBVA, disputada en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 55.000 espectadores. El partido se paró al minuto de juego cuando Mourinho no podía entrar en su zona técnica por la cantidad de reporteros gráficos.

Ya está. Se cerró definitivamente el ciclo de José Mourinho al frente del Real Madrid. Tres años de guerras, polémicas, tensión, victorias, goles y menos títulos de los esperados. Esa etapa comenzó con grandilocuencia, con el técnico de Setúbal erigiéndose como el único capaz de volver a situar al Madrid por delante del Barça y acaba con tristeza, un vestuario en pie de guerra y una afición totalmente dividida.

Un técnico normal intentaría terminar un periodo tan convulso con el mejor sabor de boca posible, rebajando la tirantez, minimizando las disputas. Demostrando que la insoportable presión era sólo una estratagema para sacar lo mejor de cada estamento del club. Pero Mourinho no es un técnico normal. Y su último once titular fue todo un desafió, el testimonio de los muchos enemigos que se ha labrado el técnico de Setúbal en la Casa Blanca.

No estaba Casillas, ni tampoco Sergio Ramos. Ni Cristiano Ronaldo. Ni Pepe. Ni Khedira. Ni, por supuesto, Kaká. Ni tan siquiera Xabi Alonso. Del equipo tipo de Mou en las últimas tres temporadas únicamente aparecían Özil y Benzema. Prescindir de tantos pesos pesados dejó una curiosa imagen en el banquillo, con el cuerpo técnico rodeado de canteranos.

Mourinho había humillado de nuevo a Iker Casillas, que acumula 27 partidos sin jugar, dejándole fuera de la convocatoria pese a la lesión de Diego López. Y más tarde avergonzó a Adán, al que instrumentalizó en su guerra con el capitán del Real Madrid, postergándole en el banquillo como suplente del portero del filial, Jesús Fernández.

Adán muy probablemente abandonará el club a final de temporada. También lo harán Carvalho y Essien. El central de 35 años ya ha anunciado su fichaje por el Mónaco y el medio ghanés regresará al Chelsea una vez finalizada su cesión. Ambos fueron titulares ante Osasuna en el último partido de Liga. También Di María e Higuaín, futbolistas  con la etiqueta de transferibles, ocuparon una plaza en el once.

Los no convocados, con Cristiano Ronaldo al frente, coincidieron con Mourinho en el túnel de vestuarios antes de comenzar el choque. No hubo abrazos, ni bromas. Prácticamente no hubo ni cordialidad, sólo una fría relación. El entrenador de Setúbal esperó a la sombra, lejos de los focos, durante muchos minutos, antes de saltar al terreno de juego.

Únicamente le acompañaba Silvino Louro, uno de los pocos hombres de confianza que le quedan en el Real Madrid. El entrenador portugués no pisó el césped hasta que no se le entregó a Cristiano Ronaldo el premio como 'Jugador más saludable' de la temporada. Tampoco era cuestión de coincidir con el delantero en la banda y que las cámaras fiscalizaran cada gesto, cada movimiento, cada palabra entre ambos, sobre todo ahora que su trato es casi inexistente.

Finalmente abandonó Mourinho su cómodo escondite y salió a la luz, justo cuando el partido estaba empezando. Vestido con una camiseta 'azul Chelsea', saludó al técnico de Osasuna y se dirigió a dar instrucciones a sus futbolistas mientras un sector de la grada coreaba su y el resto del estadio le silbaba con igual o más fuerza.

La división entre la afición del Real Madrid es evidente. Una herida que puede costar de curar. Como la existente durante años (y que amenaza con volver, si es que alguna vez se llegó a cerrar definitivamente) entre nuñístas y cruyffistas en el Barça. La aparición del portugués causó tanto revuelo que el árbitro, Pérez Lasa, se vio obligado a detener momentáneamente el encuentro.

Los fotógrafos de prensa y los cámaras de televisión habían invadido el área técnica del Real Madrid buscando las imágenes que José Mourinho, conscientemente, les había negado durante largo rato. Ahí acabó lo más destacado del Real Madrid-Osasuna (4-2), un partido intrascendente para ambos. Los blancos perdieron la Liga hace semanas y los rojillos firmaron su salvación hace seis días derrotando al Sevilla.

Higuaín ni celebró el que quizás sea su último gol con el Real Madrid (121 en 264 partidos, 14º máximo anotador de la historia del club) y Essien se fue corriendo a abrazarse con su entrenador para celebrar su postrero tanto de blanco. Al descanso, el Real Madrid mandaba por 2-0 y parecía que iba a ganar cómodamente. Aunque Osasuna se rehízo y amenazó con amargar un poco más la despedida de José Mourinho.

Roberto Torres y Álvaro Cejudo igualaron el encuentro en 10 minutos, aunque Benzema puso rápidamente las cosas en su sitio aprovechando la segunda asistencia de Ozil en el encuentro. Y José Callejón anotó el último gol de la etapa de José Mourinho en el Real Madrid, que se despidió inicialmente del Bernabeu con un leve aplauso hacia el sector que ocupaban los Ultra Sur.

Minutos después de terminar el choque, el técnico de Setúbal volvió a saltar al campo para despedirse de unos 10.000 aficionados que aún le esperaban en las gradas, parte de una afición a la que acababa de ningunear. Lo hizo acompañado de Silvino Louro y Rui Faría, sus ayudantes, que también abandonan el Real Madrid para poner rumbo al Chelsea.

El veterano Ricardo puso la nota emotiva al choque. El portero de 41 años entró al campo en el minuto 74, entre los aplausos del público del Santiago Bernabéu, para convertirse en el futbolista más veterano en participar en un partido de Liga. El guardameta madrileño, que ya colgó los guantes el pasado verano, vuelve a retirarse tras regresar en enero a Osasuna para suplir la baja por lesión de Asier Riesgo.Social Media for Business here



Link

0 comentarios:

Publicar un comentario