En su momento, allá por el año 1979, Karl Heinz Rummenigge pudo ser jugador del Real Madrid. Don Santiago Bernabéu había fallecido un año antes y su sucesor, Luis de Carlos, concluyó con su directiva que era necesario buscar una gran figura del fútbol europeo para reactivar el orgullo del equipo (había sido campeón de Liga, pero en la Copa de Europa cayó prematuramente ante el Grasshopper suizo).
Sobre la mesa se pusieron dos nombres: Laurie Cunningham, inglés de origen jamaicano que jugaba en el West Bromwich Albion, y Rummenigge, por entonces figura ya consagrada del Bayern Múnich a pesar de su juventud (24 años). El alemán ya había ganado dos Copas de Europa con el equipo muniqués (1975 y 1976). A favor de Cunningham estaba su exhibición en un partido de Copa de la UEFA ante el Valencia, que fue televisado en directo para toda España.
Luis Martínez-Laforgue, vicepresidente y hombre de confianza de De Carlos, fue uno de los grandes valedores del fichaje de Cunningham, que fue finalmente el elegido. El Madrid pagó al West Bromwich un total de 195 millones de pesetas, cifra récord por entonces en la historia del club. Las lesiones evitaron que triunfase, aunque siempre quedará para la memoria un partidazo antológico del Madrid en el Camp Nou en 1980 (0-2 para los blancos) que nos permitió ver a la afición azulgrana... ¡ovacionándole!
Sin embargo, Rummenigge siguió ganando títulos en el Bayern y fue Balón de Oro de forma consecutiva en 1980 y 1981. El alemán no guarda rencor. “El Madrid es, sin duda, el mejor equipo del mundo”, confesó a AS el 1 de mayo de 2001. Bien dicho, Karl.Social Media for Business here
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