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martes, 4 de junio de 2013

El Real Madrid se convierte en Zaragoza en el primer finalista de la ...

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63 - CAI Zaragoza (14+23+13+13): Van Rossom (5), Roll (12), Rudez (8), Aguilar (10) y Jones (11) -cinco inicial- Llompart (7), Stefansson (5), Golubovic (5), Toppert, Fontet, Marín y Adrián García.

77 - Real Madrid (15+20+18+24): Llull (10), Rudy Fernández (5), Suárez (2), Mirotic (18) y Begic (4) -cinco inicial- Slaughter (2), Reyes (7), Hettsheimeir, Rodríguez (3), Carroll (13), Darden (13) y Draper.

RTVE.es / EFE 

El Real Madrid jugará la final de la Liga Endesa tras derrotar hoy en el tercer encuentro de las semifinales al CAI Zaragoza por 63-77. El cuadro blanco, que fue el mejor en la Liga regular, se ha impuesto al zaragozano en los tres partidos disputados en seis días: 84-76, 93-65 y 63-77. [Todos los datos y estadísticas del CAI Zaragoza 63-77 Real Madrid]

El Real Madrid quiso evitar cualquier sorpresa en la eliminatoria de semifinales por el título y la sentenció en la primera oportunidad ante un CAI Zaragoza que le plantó cara y, a pesar de la derrota, disfrutó del partido consciente de haber vivido una temporada excepcional e histórica para el club aragonés. Los jugadores maños, incluso, agradecieron a sus aficionados el apoyo recibido durante toda la temporada, en algunos casos con palabras como las del capitán Pablo Aguilar que sonaron a despedida, con un equipo que ha alcanzado su máximo nivel primando el juego colectivo por encima de las individualidades.

Empujados por un pabellón lleno a rebosar que no paraba de animar, los zaragozanos dejaron claro desde el primer balón en juego que estaban dispuestos a luchar hasta el final por, como mínimo, ganarse el derecho a jugar el cuarto partido.

La intensidad de los rojillos en defensa era tremenda y obligaban a los madridistas a emplearse a fondo para conseguir sumar puntos a la vez que se cargaban de faltas personales. El problema para el equipo de José Luis Abós estaba en que las diferentes opciones de tiros liberados que conseguían a base de hacer circular el balón muy rápido no eran capaces de transformarlas en anotaciones, aunque ni madrileños ni zaragozanos eran capaces de abrir brecha.

Todo lo que no les había entrado en el primer cuarto empezaron a anotarlo los locales en los segundos diez minutos en los que ofrecieron un auténtico recital de triples con cinco consecutivos, tan solo intercalados con un dos más uno, para conseguir sobresaliente parcial de 19-2, que trató de frenar infructuosamente Pablo Laso con un tiempo muerto.

La reacción de los blancos que veían como su rival había alcanzado su máxima ventaja (35-22) llegó de la mano de Tremell Darden que sumó los once últimos puntos de su equipo antes de irse al descanso con tan solo dos puntos de desventaja. Los blancos tuvieron que subir considerablemente el diapasón defensivo para ahogar el juego de los rojillos que vivieron sus peores minutos tras el paso por el vestuario con más de cinco minutos sin anotar.

Llull y Mirotic, con dos triples cada uno, hicieron temer lo peor a la hinchada zaragozana, que, tras pasar unos minutos algo apagada, volvió a despertar para que su equipo pudiese llegar vivo a los diez últimos minutos y de hecho lo hizo con tan solo tres puntos de desventaja (50-53). Todavía tuvieron que meter una velocidad más los madridistas para que su rival empezase a ver la tremenda dificultad que entrañaba superarles en al menos una ocasión. Hasta el momento, en sus diez enfrentamientos ligueros tan solo en una ocasión la balanza se había inclinado a favor de los zaragozanos.

Tuvo que hacer acto de aparición un hasta ese momento inédito Jaycee Carroll, con ocho puntos consecutivos dos de ellos triples, para poder escaparse en el marcador.

Conforme se iban consumiendo los minutos, a los zaragozanos parecían pesarles cada vez más las piernas, mientras que su adversario era capaz de mantener su elevada velocidad de crucero para superar la barrera de diez puntos (58-69). A partir de ese momento y todavía con más de tres minutos por delante, el partido se vio que estaba visto para sentencia. El público así lo entendió, pero siguió apoyando y aplaudiendo a su equipo. También lo dejó claro Abós, técnico del CAI, que quiso que todos sus jugadores en el banquillo pudiesen disponer de algunos minutos sobre el parqué para cerrar su "irrepetible" temporada, como la había definido el técnico zaragozano en la previa.Social Media for Business here



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