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martes, 22 de enero de 2013

Slaughter y Draper, el músculo del Real Madrid

Decía Boza Maljkovic que, en baloncesto, las estadísticas son como los bikinis: dejan ver algo, pero no lo más importante. Esa sentencia encaja con el juego de Dontaye Draper y Marcus Slaughter, dos jugadores a los que los números no hacen justicia. Su incidencia en los partidos apenas encuentra reflejo numérico.

Para jugar como lo hace el equipo blanco, además del habitual aluvión de puntos, hace falta una defensa agresiva que permita salir volando como tanto les gusta. Otros días se necesita intensidad para desperezar a un grupo adormilado. De eso se encargan el base y el pívot, que ponen el músculo al Madrid. El último partido de Euroliga ante Unicaja es un buen ejemplo. Hoy estarán dispuestos a hacerlo de nuevo en Málaga pero, en esta ocasión, en Liga.

"Adoro defender. Para mí es un reto tratar de frenar al equipo rival", asegura Slaughter, que entonces debió de disfrutar ante los malagueños el pasado jueves. Él provocó la mutación madridista. El colofón fue un espectacular tapón que le colocó a Marcus Williams saliendo de la nada.

"Somos dos jugadores físicos y nuestro trabajo es cambiar el ritmo, ser agresivos, dar un paso más en intensidad", analiza Draper, cuya velocidad de manos es una amenaza para cualquier base. Él es uno de los mejores en robos por minuto tanto en la Liga como en la Euroliga. Tipos seguros como Diamantidis o McCalebb ya le han sufrido.

Slaughter y Draper no están entre los madridistas que más juegan. Tampoco entre los que más tiran (promedian 3,2 lanzamientos cada uno). Y, por supuesto, no son los más valorados (4,7 el pívot y 4,1 el base). Sólo Hettsheimer y Hernangómez hacen menos tiros de media y valoran menos que los dos estadounidenses. "Soy un jugador de equipo. No echo de menos jugar más, hacer más tiros o meter más puntos. Lo que me hace feliz es ganar. Sé cuál es mi rol y me siento cómodo", dice el pívot.

Slaughter

"Adoro defender. Para mí es un reto tratar de frenar al equipo rival"

De estrella a secundario
Al base le ocurre algo semejante. Ha pasado de referencia ofensiva en el Cedevita, su anterior equipo, a un papel de actor secundario. Si lo añora, lo disimula bien: "Yo no quiero meter 20 puntos. No me importa no hacerlo. Tenemos muchos jugadores capaces de anotar y no creo que sea necesario que yo lo haga. Lo único que quiero es que el equipo gane. Eso es lo importante".

Los dos aterrizaron en el Madrid entre la incertidumbre de cómo encajarían en un equipo de la exigencia del blanco. Slaughter era el recambio de Tomic. No se parece en nada al croata y tiene bastante menos centímetros y talento que él, pero le sobra intensidad y se adapta mejor a lo que desea Laso. También había quien se preguntaba por la conveniencia de sumar un nuevo base al dúo formado por Llull y Sergio. La respuesta está en su agresividad defensiva.

Draper

"Yo no quiero meter 20 puntos. No me importa no hacerlo. Lo único que quiero es que el equipo gane. Eso es lo importante"

El tiempo, el juego y la actitud están acabando con las dudas. "Dicen que la defensa gana campeonatos y esa es nuestra misión: defender y ganar. Vamos a poner el esfuerzo, la lucha, la intensidad y todo lo que haga falta para conseguirlo", sentencia Slaughter, cuya defensa, como la de Draper, no hay bikini que la oculte.



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