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Un arreón. Eso le valió al Real Madrid para derrotar a un impetuoso Mallorca que se adelantó dos veces en el marcador pero que fue incapaz de salir a flote tras el tsunami blanco en el inicio de la segunda mitad (5-2). Fue cambiar su actitud, desprenderse de la indolencia, la falta de concentración y de tensión de la primera parte, para dar la vuelta al resultado en cinco minutos -del 52 al 57- y acabar goleando a un conjunto bermellón que lucha por salir del descenso.
Giovani Dos Santos fue el alma del equipo dirigido por Gregorio Manzano. Pero el talento del mexicano se quedó corto ante el arsenal de los de Mourinho. Cuando no fue Higuaín, fue Cristiano Ronaldo. Si no, Modric o de nuevo el 'Pipita'. La artillería del Madrid se engrasó a tiempo.
Porque lo cierto es que el Mallorca jugó inicialmente muy bien sus cartas en el Santiago Bernabeu. Se encaramó a la calidad de Gio, se replegó para no dejar espacios entre líneas y salió rápido al contragolpe siempre que pudo. La posesión (que llegó a ser del 82%) le valió de bien poco a los locales, que en encajaron un tanto en el minuto 6, obra de Nsue, y otro de Alfaro en el 21, gracias a sendos cabezazos.
Giovani no marcó, pero centró, chutó y regateó sin para. De sus botas nació el centro del primer tanto y el saque de esquina que valió para que el mallorca lograra el segundo. El joven mexicano, exjugador del Barça, ha participado activamente en ocho de los últimos nueve goles del conjunto balear en la liga.
Mourinho había dejado a Xabi Alonso, Khedira y Özil en el banquillo e instaló a Pepe en el centro del campo junto a Modric. De una combinación entre ellos -excelente el pase filtrado del croata- nació el primer gol del Real Madrid, que firmó Higuaín tras recibir la asistencia del portugués.
Con una línea defensiva de cinco hombres, que incluso se ampliaba a seis en determinados momentos, el cuadro balear controló los contragolpes locales. Modric bajaba mucho y se diluía ejerciendo funciones más propias de Xabi Alonso, como quarterback. Al croata le va más jugar cerca del área, espacio en el que se mueve como pez en el agua. Lo demostró con su asistencia en el primer gol y el trazallo que valió el 4-2.
Viendo el atasco, Mourinho puso a Ozil y a Benzema a calentar ya en el minuto 35, justo antes de que el Bernabeu obsequiara a sus futbolistas con los primeros pitos tras una nueva ocasión del Mallorca a balón parado.
El descanso fue balsámico para el Madrid. Entraron Ozil y Benzema por Arbeloa y el pobre Morata, perdido en la banda, lejos de su hábitat natural como delantero centro. Y formó Mourinho con un centro del campo atípico en el que se juntaron el jugador alemán, Modric y Kaká.
Justo después de que el central Bigas desaprovechara una posición inmejorable con un fallido remate de chilena, Cristiano Ronaldo igualó el partido rematandode cabeza un saque de esquina. El luso, que ya había mandado un balón al travesaño, no faltó a su cita con el gol y firmó su diana número 43 de la temporada.
Sin tiempo para reacerse, el Mallorca encajó el segundo. Un trallazo magistral de Modric, imparable, el segundo tanto que logra desde la frontal en los últimos 10 días desde el que anotó ante el Manchester United. Derechazo tremendo, golpeo magnífico, potente, colocado. El croata, un mediapunta más que un mediocentro, la solución desde la distancia.
El Madrid acababa de darle la vuelta al marcador y aprovechó para firmar su mejor jugada del partido, la que inició Kaká en el centro del campo y que acabó con un remate franco de Higuaín después de que participaran Arbeloa, Pepe y Ozil. El alemán entró en el área por el costado derecho y esperó, esperó y esperó, hasta que los movimientos de Cristiano y Benzema dejaron al 'Pipita' solo en el segundo palo para marcar a placer.
El cambio de actitud del equipo de Mourinho desarboló al Mallorca. Los bermellones fueron borrados del mapa y obligados a un esfuerzo que ya no estaban capacitados. Ni cuando el Real Madrid levantó de nuevo el pie del acelerador acertó el cuadro balear. Llegaron algunas ocasiones, casi siempre nacidas de los pies de Giovani, pero los de Manzano ya no estaban lo suficientemente frescos para aprovechar ninguna.
El gol de Benzema, con asistencia de Higuaín incluida, selló la goleada de un Madrid que se enchufó y desenchufó a voluntad y que resolvió cuando aumentó el ritmo y afinó la puntería.Social Media for Business here
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