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Kaká celebra uno de los dos goles que le hizo al Ajax en diciembre | Reuters
Kaká no se irá al Milan en el presente mercado invernal. "En realidad nunca creímos que se fuera a marchar porque nunca hubo movimiento alguno del Milan", insisten fuentes cercanas al Real Madrid.
El brasileño ha vuelto a protagonizar una operación de 'humo' alentada por los dirigentes del conjunto rossonero. Que Kaká se prestara a ello no ha sentado nada bien desde Madrid. En la capitán suman un nuevo episodio para estar hartos del comportamiento de uno de sus fichajes menos rentables.
Paseo por Milan
Todo comenzó, en primer lugar, con la exhibición de Kaká por Milán cuando, la semana pasada, el brasileño decidió usar los dos días libres que Mourinho había dado a sus jugadores para viajar hasta tierras italianas. El jugador, lejos de esconder sus intenciones tal y como había pedido el club, promocionó su 'escapada' con todo tipo de fotos en las redes sociales.
A la estrategia contribuyó su mujer, Caroline Celico, activa también en este tipo de redes sociales y constante en el lanzamiento de mensajes con doble sentido: "Hasta luego Milán, volveremos pronto", escribió en Instagram al marcharse de la ciudad. Muchos tifossi interpretaron aquello como un guiño al próximo fichaje de su marido por el equipo en el que más brilló.
No fueron las únicas señales que Kaká lanzó a los aficionados. La pareja se dejó fotografiar constantemente por sus calles e incluso concedió alguna entrevista para dejar claro que le gustaría retornar a San Siro.
El Real Madrid le había pedido a él y al resto de los jugadores que no diera entrevistas y que si lo hacían, se lo comunicaran al club. Ni una, ni la otra. El enfado en el Bernabéu iba creciendo.
A renglón seguido llegó el juego de declaraciones de los dirigentes del Milan. Primero fue Galliani, presidente de facto de los italianos el que lanzó mensajes optimistas. "Estamos tratando de incorporarlo, pero los tres debemos ser buenos, tanto Real Madrid, como el Milan y el jugador", dijo la semana pasada. Dos días después, insistió: "Hay acuerdo para cerrar la cesión por dos años. El problema es la buena fiscalidad que tiene Kaká en Madrid y que aquí no le podemos asegurar", afirmó.
Galliani se refería al 25% de impuestos que 'sólo' debe pagar el Real Madrid por el jugador amparado en la 'Ley Bekcham'. De regresar a Milan, la fiscalidad sería del 48%, así que, para mantener su salario de 12 millones de euros, el Milan debería abonar 24. Un imposible al que Kaká respondió: "Estoy dispuesto a bajarme el sueldo", comentó a la directiva rossonera. Berlusconi, ex primer ministro italiano y dueño de Milan habló de "optimismo" en torno a la operación.
Sin embargo, ni una, ni la otra. En Madrid la cara de sorpresa de sus dirigentes no paraba de crecer. Según fuentes cercanas al club consultadas por EcoDiario.es, el club nunca dio luz verde a una cesión y menos de dos temporadas y media, como insistían desde Italia.
Además, en Concha Espina llamó mucho la atención que Kaká quisiera rebajarse el sueldo hasta los seis millones limpios. La manera como el mediapunta se aferra a su salario hacía pensar que no habría tal rebaja.
Así las cosas, en Milan seguía el 'espectáculo'. Los rossonero filtraron un viaje de Galliani a Madrid para este martes con el que ratificar el acuerdo entre todas las partes. Sin embargo, el dirigente no concertó cita alguna con Florentino Pérez. Así, casualidades del fútbol, un día antes, esto es, ayer, Galliani reapareció otra vez para decir que el fichaje de Kaká no era posible y que la fiscalidad lo impedía.
En Madrid sonreían. En realidad nunca fue posible. Nunca hubo caso Kaká como tal porque nunca se iniciaron los contactos para su retorno. Sin embargo, el futbolista alentó estos rumores que en Italia se han interpretado como una cortina de humo de los directivos rossoneros para ocultar la mala racha milanista y la falta de hombres de renombre tras varias temporadas para olvidar.
Entre tanto, Kaká sigue en la capital y su rendimiento no mejora. El jugador, expulsado en Pamplona, no estuvo el domingo en el partido de Liga frente al Valencia y no jugó en el de Copa, precisamente frente a los ché.
Para el duelo de este miércoles tampoco está previsto que Mourinho le de nuevas oportunidades. Su rendimiento sigue bajando, aunque su sueldo se mantiene y se convierte en un problema añadido para el Real Madrid. Y le quedan aún dos años más de contrato.
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