Los jugadores del Real Madrid guardan un minuto de silencio | EFE
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Suma y sigue. No es la primera vez y parece que no será la última. El vestuario del Real Madrid vuelve a rebatir a José Mourinho. Los jugadores lo señalan entre sus íntimos y dudan de sus planteamientos frente los micrófonos. Lo ven como un técnico desquiciado y perdido, tanto en su faceta pública, en las ruedas de prensa, como en su faceta privada, como sucedió en el incidente con Antón Meana.
Pero esto no es novedad. Porque no es la primera vez que se han filtrado desde el interior de cambiador madridista las malas señales que emite esta relación entre jefe y subordinados, entre técnico y jugadores. Ha habido precedentes de una fractura que ayer, tras el empate contra el Español, deja un nuevo episodio de este distanciamiento. Y todo comenzó con una frase:
Así resumió José Mourinho las opciones de su equipo para conseguir el campeonato de la regularidad al concluir el encuentro. Los pesos pesados del vestuario blanco escucharon la frase que le transmitieron los periodistas con sorpresa. No se lo podían creer. No podían creer que Mourinho hubiera dicho algo así. Son futbolistas que creen que semejante planteamiento está prohibido en el Real Madrid. Más todavía si se verbaliza.
Así que, como suele ser norma esta temporada, los futbolistas, respondieron. El primero fue Xabi Alonso. Caliente, a pie de césped, apenas acabado el partido, habló para Canal + y, aunque sereno, dejó entrever que lo hecho por su técnico en la pizarra no le gustaba:
"Somos profesionales y debemos acatar lo que diga el míster". Que el tolosarra, calculador como es él, usara el verbo acatar deja entrever falta de acuerdo. Uno acata aunque no crea en lo que acata. Fue la primera muestra de cierta falta de sintonía. Pero no la única.
Luego llegó Sergio Ramos, quien respondió a la frase de Mourinho. "Tirar la temporada sería un error. El orgullo y la dignidad tienen que estar por encima de todo. ", dijo el de Camas.
Más tarde le tocó el turno a Iker Casillas: "Desde hace cuatro años, no estábamos así. ¿Que si acusamos los problemas extraportivos. Del club siempre se habla mucho", dijo críptico y con una referencia que en el club no pasa desapercibida.
La referencia temporal no es causal. Hace cuatro años el técnico era Bernd Schuster. Él también dijo que ganar en el Camp Nou era imposible. Y aquella frase fue el detonante de que lo despidieran. Y entonces la distancia con el Barça era menor.
No. La sintonía en público no es buena. No es buena si quiera en el sentido inverso, cuando Mourinho es preguntado por el apoyo de sus jugadores. "Supongo que sí, que lo tengo", comentó ante los medios en la sala de prensa.
¿Y a la invesa? ¿Se lo dan los jugadores? "Estamos con Mourinho", afirmó el capitán, el mismo que hace cuatro años, con Schuster en el banquillo, repitió lo dicho ayer cuando dijo que "los jugadores estamos con Schuster desde el principio. El míster ha dado un aire diferente a este equipo y toda la plantilla está con el entrenador de principio a fin".
La frase es del 14 de noviembre de 2008 y la recogió la agencia EFE tras caer en Copa del Rey frente al Real Unión de Irún. Entonces los jugadores ya sabían que el alemán estaba casi sentenciado. Mijatovic, entonces director deportivo, ya estaba buscando sustituto.
Decepciones en privado
A estos episodios públicos hay que unir nuevos elementos de disconformidad privada. Ya el pasado viernes, EcoDiario.es informó del desacuerdo que existe entre José Mourinho y sus jugadores por cómo se gestionó el partido de Copa del Rey frente al Celta y las declaraciones post-partido.
Tras aquello, llegaron nuevos episodios de sorpresa para el vestuario del Real Madrid. Así, por ejemplo, la bronca del preparador y sus asistentes a Antón Meana, de Radio Marca, no gustó entre un buen número de jugadores. Y no porque algunos conozcan personalmente al periodista (que también), sino porque creen que fue un elemento que añadió inestabilidad al entorno del club justo el mismo día que Florentino Pérez había hecho el esfuerzo de lanzar un mensaje de apoyo al técnico luso.
Además, no gustaron las formas. Algún familiar de alguno de estos jugadores definió lo sucedido por boca de su allegado: "Es un despropósito". Más de un futbolista merengue entiende que son gestos de desesperación. Mourinho se encuentra ante un panorama nuevo y reacciona como nunca antes lo había hecho.
Tampoco gustó el planteamiento táctico del Real Madrid contra el Espanyol (pseudo defensa de cinco con Xabi Alonso casi de central) o que se volviera a señalar a un compañero. Modric fue el afectado.
El croata se marchó al vestuario al descanso tras su fallo en el gol perico. Es la 11ª ocasión en la que Mourinho hace un cambio este curso en el minuto 45. Demasiadas, entienden desde dentro. Demasiadas ocasiones en las que se señala a algún jugador y en las que se admite que el planteamiento inicial no es buena.
Pequeñas gotas que se unen a lo sucedido en las últimas semanas. Crece la desconfianza. Crece la insatisfacción. Y mientras el Barça a 13 puntos. El panorama pinta cada vez peor en un Real Madrid revuelto como hacía tiempo que no se le conocía.
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