Muchas son las causas del bajón del Madrid en Liga. Una de ellas tiene que ver con los 12 centímetros de grosor que tienen los tres palos de las porterías. En esa pequeña distancia se ha dejado el equipo blanco medio título. Con un poco más de puntería, efecto o suerte, el Madrid habría ganado ocho puntos más, lo que le dejaría a sólo cinco del Barça.
El último episodio sucedió contra el Espanyol el domingo pasado. Modric primero y Di María después se estrellaron contra la madera. El argentino, en dos ocasiones en la misma jugada, después de que Casilla rechazara el esférico y rebotara en larguero y poste. Con que uno de ellos hubiera marcado, 3-2 final. Y dos puntos más.
En la primera jornada ante el Valencia, ya con el 1-1 en el videomarcador del Bernabéu, Higuaín se topó con el larguero. Otros dos puntos por el camino. En Getafe (2-1), Özil mandó lo que pudo ser un empate al travesaño cuando se encontraba a apenas dos metros de la portería. Hubiese valido para empatar y recaudar un punto más.
El peor día, en Sevilla
Después, en el Sánchez Pizjuán y ya con el 1-0 en el marcador, Modric-con un tiro lejano desviado por Palop- y Ramos -cabeceando al larguero un centro chut de Pepe en un saque de esquina- se quedaron muy cerca del gol. Ahí se esfumaron tres puntos.
De los seis partidos en los que ha pinchado el Madrid, en cuatro pudo sumar más puntos de no ser por esos malditos 12 centímetros. En total el Madrid se ha estrellado 17 veces contra los palos esta temporada en Liga. Contra el Levante y el Atlético, el marco rival repelió otros cuatro goles cantados, dos en cada duelo.
Detrás del Madrid, en este apartado de la Liga, aparecen el Barcelona y el Deportivo de La Coruña, con 10 cada uno. Más llamativo resulta comparar estas cifras con las del año pasado. El Madrid de los 121 goles se topó contra los postes en 16 ocasiones, una menos de las que lleva ahora. Ganó ese curso el Barça, con 27 palos.
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