Por Alberto Piñero, periodista cobertura diaria Real Madrid (@pineroalberto)
Este pasado sábado 15 de diciembre, el Real Madrid celebró la tradicional entrega de insignias de oro y brillantes a los socios más veteranos del club merengue. Un acto que el actual presidente Florentino Pérez disfruta especialmente, al poder reunirse con socios madridistas con 25, 50 y hasta 60 años de fidelidad acreditada al club. Toda una vida. Y siendo una ocasión tan señalada en la vida de la entidad, y con los medios de comunicación expectantes ante lo que se suponía que iba a ser una defensa al técnico Mourinho, el propio presidente quiso abrir su discurso pidiendo un aplauso para don Alfredo Di Stéfano. Siempre hace mención al Presidente de Honor del Real Madrid, demostrándose su devoto más fiel, pero esta vez se merecía un aparte. Esa misma semana había fallecido su hija, y pese a ello y a estar inevitablemente cada vez más apagado, La Saeta no quiso perderse el compromiso de la cita con los socios.
Los presentes se lo reconocieron, demostrando un cariño, reconocimiento y admiración sobrecogedor, mediante una estremecedora ovación. “Hay cosas que merece la pena vivir en directo. La ovación a Alfredo Di Stéfano por parte de los socios del Real Madrid ha sido uno de ellos” contaba a posteriori Arancha Díaz, periodista intachable curtida en cientos de batallas. No en vano, se trata de un jugador legendario, una personalidad única en el mundo del fútbol, una figura sin la cual no se podría entender el Real Madrid como se le conoce en la actualidad. Fue don Alfredo uno de los principales artífices de que el club blanco diera el gran salto que dio en la década de los 50 y los 60, con Santiago Bernabéu como presidente, ganando las primeras cinco Copas de Europa de la historia de forma consecutiva. Lo que nunca nadie había hecho, lógicamente, pero que medio siglo después tampoco ha tenido parangón.
Es por ello que Florentino Pérez decidió reconocerle como Presidente de Honor del Real Madrid. Por lo que el avión del club se decidió llamar La Saeta. O por lo que el estadio de Valdebebas en el que juega el Castilla se bautizó como ‘Alfredo Di Stéfano’. Reconocimientos más que merecidos, y que también han tenido su eco a un nivel más global, no tan local. De hecho, este lunes 24 de diciembre, Nochebuena, se cumplen 23 años del día en que don Alfredo se convirtió en Súper Balón de Oro. El único de la historia hasta el momento.
Di Stéfano ya había ganado en su época de jugador dos Balones de Oro. Uno en 1957 y otro en 1959, dos años después. Dos de los cuatro primeros galardones que se concedieron, coincidiendo con ese apogeo del Real Madrid campeón de las cinco Copas de Europa. Y bien podían haber sido tres de los cuatro primeros, junto con el inaugural para Stanley Matthews en el 56. Pues dicen que La Saeta hubiera sido galardonado también con el Balón de Oro en 1958 por sus méritos en el campo, pero como por aquel entonces no estaba bien visto que un mismo jugador lo ganara dos años seguidos, fue Raymond Kopa, compañero en el equipo blanco, el elegido como mejor jugador del mundo en aquella edición. Otro dignísimo representante de aquel glorioso Madrid, y que además era de la madre patria Francia.
Sea como fuere, en 1989 y con motivo de su trigésimo aniversario, la revista France Football decidió conceder un galardón especial al que entendían que había sido el mejor jugador del mundo en esas últimas tres décadas mediante una votación. Y serían los lectores de France Football, un jurado de la revista y otro formado por antiguos vencedores del Balón de Oro los que tenían el poder de decidir quién sería merecedor de semejante distinción. Y quizás entonces no lo entendieron como tal, pero aquellos votos de inmediato entraron a formar parte de la misma historia del fútbol mundial por su carácter único.
Jugadores como Johann Cruyff, Platini, Bobby Charlton, Puskas, Gento, Kopa, Eusebio, Best, Muller, Beckenbauer, Kevin Keegan, Rummenigge o Rossi, ya habían dejado su sello en la historia del fútbol por aquel entonces. Pero fue Alfredo Di Stéfano el elegido. El campeón de cinco Copas de Europa, el mismo que había cambiado el curso de la historia para el Real Madrid, uno de los cuatro grandes del fútbol mundial, el ahora Presidente de Honor del Real Madrid, el del avión y el estadio. El destinatario de esa ovación que le brindó el madridismo el pasado sábado. Una ovación eterna, perenne, que permanecerá siempre en el imaginario de todos los aficionados al fútbol cada vez que suene el nombre de don Alfredo Di Stéfano. El Súper Balón de Oro.
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