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lunes, 12 de noviembre de 2012

La cantera del Real Madrid saca la cabeza

Morata marca un gol salvador nada más salir al terreno de juego. Encuentro muy complicado por el estado impracticable del campo

Andaban los reporteros televisivos haciendo su trabajo en las horas previas al partido, y llovía como si Noé estuviese martilleando clavos con premura. Al fondo, el campo del Levante... sin un solo manto que lo cubriera, asunto extraño. Tampoco hubo pinchazos para drenar el agua. Olía a consigna: que no se pudiera mover el balón para igualar la mayor técnica de los blancos. Se confirmó luego cuando los levantinos intentaron llevar el partido al límite: un encuentro duro, agresivo, hierro por delante y una riada de protestas. El codo de Navarro impactó en el párpado de Cristiano, y se lo llevó por delante. Pareció más para protegerse del salto de espaldas de Juanlu pero como Navarro tiene antecedentes hubo quien sospechó. [Así hemos contado el partido]

El caso es que el Madrid no cayó en la trampa. Intentó jugar al fútbol pero enseguida Xabi Alonso y Ramos corrieron la voz: balón arriba y choques los mínimos si no era con ventaja, que no estaba el Levante con tonterías.

No fue un partido en sí, sino un choque de trenes donde el balón parado iba a ser el rey. Lo aprovechó el Madrid porque el Levante iba muy cegado a cada balón dividido, más preocupado de que no tocaran los blancos que de tocar ellos. Navarro se fijó más en obstaculizar a Pepe que en despejar. Por allí andaba Cristiano Ronaldo con el ojo como un boxeador pero con la vista suficiente para meterla en el único hueco posible.

El resto fue un aquí te pillo aquí te mato, al balón claro. Pelotazo para arriba y a correr. En esto Xabi Alonso fue el más ducho, que para eso es de Tolosa y se ha criado jugando en los partidos norteños. De agua él sabe más que nadie, por San Sebastián y por Liverpool, siempre cubiertos por cielos encapotados. Ahí, Xabi es el rey. El Levante protestó mucho, sobreexcitadísimos todos sus futbolistas, pero se olvidaron de intentar jugar con un mínimo de coherencia. Lo fiaron todo al empuje de Iborra y Diop, pero ninguno tuvo la suficiente inteligencia para cambiar de orientación el balón, de desatascar el juego o de ver los desmarques de los suyos. Todo era fuerza bruta aunque, a fuer de ser sinceros, era difícil hacer otra cosa que no fuera llegar el balón, levantarlo y patadón al cielo a ver si alguno de los otros fallaban o uno de los tuyos acertaba.

El partido fue complicado para los blancos. A los diez minutos Sergio Ramos ya estaba proclamando la verdad: «¡Hoy no se puede tocar, hoy no se puede!», gritaba a su gente. Y era verdad. Un encuentro chungo, muy chungo, peligroso para la salud de los 22 jugadores y choque para valientes más que para virtuosos. Ozil sufrió mucho, y Barkero, y Di María. No podían conducir, no podían tocar porque el balón se frenaba en los charcos.

Adaptarse al choque

En la segunda parte, Mou quitó a CR y sacó a Albiol para formar un trivote. La respuesta ante el cambio la dio Juanlu con un disparo tremebundo que sacó Casillas en una parada estremecedora, parada que repetiría después. En realidad, Mou se adaptó a las condiciones de la batalla porque el choque no estaba para florituras y, aunque sonara a cambio extraño, esta vez parecía adecuado. Era tener gladiadores en medio campo y gente veloz arriba para la contra. La contienda pintaba así y así había que disputarla.

Pero el choque estaba para decidirse en las jugadas a balón parado. El Madrid, que va muy bien arriba, metió dos largueros en córners bien sacados y pésimamente defendidos por el Levante. Tanto perdón era presagio de males blancos. Y sí, erró Pepe y Ángel niveló el choque con un toque de categoría. Demasiados fallos blancos porque hasta Xabi Alonso, que suele ser garantía de todo, tiró mal un penalti más que dudoso sobre Callejón.

Pero el Madrid empujaba. Mou recurrió a Morata y el canterano salvó el pellejo del Madrid con un cabezazo de ariete bueno de verdad. El Real salvaba un partido complicado de verdad, pero lo sacó con carácter y fuerza.

Ficha técnica



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