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lunes, 31 de marzo de 2014

Real Madrid 5 – 0 Rayo Vallecano: Victoria sin ilusión

Hay victorias y victorias, unas te ilusionan y otras solo saben a rutina de obligado cumplimiento. Anoche el Madrid tenía que ganar pero no conseguía nada con ello más allá que quedarse como estaba y eso se notó en el ambiente, un ambiente desapacible, como la noche, y que sólo el Rayo consiguió alegrar un poco con sus alegrías ofensivas.Social Media for Business here

El público tenía cuentas pendientes con algunos jugadores y con el entrenador y no dudó en cobrárselas desde el comienzo. Diego López, en el punto de mira de la prensa, con razón, porque la sombra de Casillas es demasiado alargada, Benzemá, demasiado fallón últimamente, Bale, al que no se le perdona su individualismo, al menos por ahora, e incluso Ronaldo, que también pecó de ello a la antigua usanza en un par de jugadas con Morata.

Foto: Jan S0L0

Foto: Jan S0L0

En definitiva, el público acudió al Bernabeu a ajusticiar a los suyos más que a disfrutar del encuentro. Bien es cierto, sin embargo, que si los jugadores blancos hubieran realizado un gran partido todo se habría olvidado, pero anoche no era esa noche, con el Borussia en el horizonte y la melancolía de ganar para nada, los 90 minutos fueron pasando con más pena que gloria.

Ancelotti volvió a insistir con Illarramendi en lugar de Isco, errando otra vez, porque no es el Rayo un equipo que haga daño con su intensidad, y el Madrid empezó a jugar el partido con más pena que gloria. Pudo haber marcado pronto, de hecho en la primera mitad pudo haber marcado varios goles, pero nos tuvimos que conformar con uno, de Ronaldo, un soberbio gol repleto de calidad en una pared a varios toques entre el portugués y Bale.

Luego ya tuvimos que esperar a la reanudación para animarnos un poco. Carvajal recibió un regalo de Ronaldo para marcar el segundo, y Bale aprovechó otro de Di María para estrenarse. Ya sin la ansiedad del gol el galés marcó un fantástico cuarto gol en una cabalgada de área a área con el balón y sorteando a un par de rivales que todavía le están buscando. En la primera mitad tuvo una parecida pero en lugar de picar el balón picó el terreno de juego.

Para el quinto tuvimos que esperar a la aparición de Morata, con el pelo rapado en honor a unos niños enfermos que visitó entre semana, y mereció la pena, ya creo que la mereció. Al más puro estilo Kaká o Figo, tú eliges, se perfiló en el pico del área y remató a la escuadra izquierda de Rubén que poco o nada pudo hacer. Morata ya pudo haber marcado antes, pero Ronaldo había insistido en su segundo gol, con la reprimenda ya mencionada del respetable.

Con ello llegamos al final del encuentro, con el Rayo Vallecano en plan romántico, a pesar de los pesares, y el Madrid en plan melancólico, a la espera de disipar todos los fantasmas este miércoles contra un rival de enjundia, algo que hasta ahora se le está atragantando.

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Acerca de Ruben Sancho

Escritor salmantino, hotelero de profesión, economista de formación y soñador de ideología. Redactor Jefe de El Librepensador, Subdirector de Letras, y autor de la colección de relatos "Un lugar llamado Fracaso"(Bubok, 2009).


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