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domingo, 22 de diciembre de 2013

La hegemonía del Real Madrid se ve amenazada en la 'maldita ...

El pabellón Fuente de San Luis acoge este domingo el plato fuerte de la undécima jornada de la Liga Endesa. Valencia Basket y Real Madrid medirán sus fuerzas (19.15 horas, Teledeporte) en un duelo que enfrenta a las plantillas más en forma en este arranque de curso. Dos equipos que enamoran y derriban rivales con una solvencia que asusta. Un encuentro cargado de alicientes y motivaciones. Primero contra segundo. Pablo Laso ante su viejo amigo Velimir Perasovic. Dos versiones de un baloncesto total que aspiran a saborear el éxito.Social Media for Business here

El mejor Madrid de los últimos años llega a una de sus plazas malditas, donde no ha conseguido ganar en sus tres últimas visitas, con la idea de seguir cosechando victorias en una campaña en la que todavía no conocen la derrota después de 22 partidos (dos de Supercopa, 10 de Liga Endesa y 10 de Euroliga). Una hoja de servicio impoluta que es la envidia de toda Europa. Fuente inagotable de halagos y piropos, los blancos no se dejan engatusar por nadie y, para tranquilidad de la parroquia blanca, no parecen dispuestos a levantar el pie del acelerador en ningún momento.

Sin un espejo cercano en el tiempo donde reflejarse, en el horizonte de los blancos figura uno de los records más antiguos de nuestro baloncesto. En caso de victoria visitante, el Madrid igualaría la racha de 23 victorias consecutivas que logradas por el equipo blanco en el comienzo de la temporada 1960-1961. Con toda una leyenda como Pedro Ferrándiz al frente del banquillo, los Emiliano Rodríguez, Lolo Sáinz o Josep Lluís Cortés daban comienzo a una dinastía que dominaría la década con siete títulos consecutivos de Liga Nacional (de la 1959-1960 a la 1965-1966). Un equipo de ensueño donde Pepe Laso, progenitor del actual entrenador del Madrid, gozaba de una presencia testimonial. Un record que habla de encuentros consecutivos en el inicio de una temporada pero no de victorias seguidas en partidos oficiales. Atendiendo a este matiz puramente estadístico, el eterno Ferrándiz eleva sus logros hasta los 28 encuentros, algo que consiguió en dos ocasiones.

Con el crédito y la contundencia con la que ganan sus partidos, desde hace algunas semanas el record se ha convertido en una realidad alcanzable. Algo en lo que Pablo Laso, motor y líder espiritual del Madrid, no parece pensar demasiado. "No estamos pensando en ningún récord, sólo pensamos en cada partido”, expresó antes de la última victoria en Euroliga ante el Anadolu Efes (61-86) en el Abdi Ipekci de Estambul. Una filosofía que no invita a la relajación y da buena cuenta de la voracidad infinita de un conjunto que busca la excelencia no renuncia a seguir buscando retos que mantengan viva la ilusión.

Datos al margen, en lo deportivo, los madridistas deberán emplearse a fondo ante un Valencia Basket que viene pisando fuerte. Excepto el tropiezo en el último suspiro en el Palau (76-75) en el debut liguero, los chicos de Perasovic también cuentan sus partidos por victorias. Más ante su público, donde acumulan 11 triunfos consecutivos si contamos el final de curso pasado y el inicio del presente. Algo que choca con la titubeante primera fase de Eurocup cuajada por los taronja (6-4). Un bloque compacto y bien ensamblado que encuentra la luz en el tridente integrado por un todoterreno como Justin Doellman, un luchador incansable como Rafa Martínez y un talento puro de 22 años que crece cada día como el montenegrino Bojan Dubljevic.

Pese a los resultados positivos en los últimos años ante el Madrid, en la Fonteta saben que enfrente tienen una maquinaria perfectamente engrasada. Algo que instaura el respeto en las filas valencianas al tiempo que descarta el miedo como una posibilidad real. Afrontar el encuentro de ‘tú a tú’ y tratar de frenar el infernal ritmo ofensivo del Madrid desde la defensa son dos de las claves para un grupo que se ha ganado a pulso la condición de candidato. Aunque necesitan vencer por 37 puntos o más para ser líderes, un triunfo, además de tirar por tierra las pretensiones extraterrestres de los madridistas, igualaría los balances de ambos y pondría un punto más de emoción en lo más alto de la tabla. Por su parte, en el Madrid Sergio Llull apuesta por "defender duro, controlar el rebote y correr" como forma de mantenerse fieles a un estilo que enamora. 

En el apartado de ausencias, con el regreso de Jaycee Carroll al ‘roster’, Laso podrá disponer de todos sus efectivos. Algo que no puede decir su homólogo en el banquillo rival. Perasovic cuenta con las bajas de Vladimir Lucic, lesionado en el tobillo, Pablo Aguilar, operado el viernes de una hernia inguinal que le tendrá dos meses fuera de las canchas, y de un desafortunado Lubos Barton. El checo, que había sido contratado para cubrir las bajas del equipo se lesionó el martes en el choque ante el Asvel Villeurbanne cuatro minutos después de saltar a pista. Al menos, en principio, el técnico croata podrá contar con el incombustible Romain Sato, uno de los estiletes del equipo.

Duelo de viejos amigos en el banquillo

Granada, temporada 94-95. En su segunda temporada como compañeros de equipo, después caer en la final de la 93-94 ante el Barcelona (86-75), Pablo Laso y Velimir Perasovic se encargaron de liderar al por entonces Taugrés de Vitoria (actual Laboral Kutxa) a la consecución de su primera Copa del Rey tras derrotar en el final del Amway Zaragoza (88-80). El excepcional base y el anotador compulsivo se repartieron los MVP de ambas ediciones coperas en una época dorada para un equipo que empezaba a crecer dentro del baloncesto patrio. Mentes privilegiadas que encontraron en los banquillos la forma de seguir dando lecciones sobre el parqué.

Ya como máximos responsables del área técnica, Perasovic, séptimo mejor anotador y tercer máximo triplista de la historia de la ACB, y Laso, líder histórico en asistencias y recuperaciones, se han visto las caras en cuatro ocasiones con un balance de 3-1 favorable para el técnico de Split. Curiosamente, la única victoria de Laso en los cara a cara data de la campaña 04-05, cuando el vitoriano dirigía al equipo valenciano.

Los tiempos han cambiado y pese a tenerle cogida la medida a su colega, Perasovic es consciente de la dificultad de la empresa. "Están jugando el mejor baloncesto de Europa, eso nadie lo duda. Han alcanzado un punto de juego al que todos desearíamos llegar pero eso no nos quita la ilusión de poder competir”, reconocía en la previa del choque. Una concesión a la evidencia y a lo innegable de los resultados. Dos animales competitivos que lucharán hasta la extenuación con el ánimo de seguir con una racha que extiendan los días de vino y rosas. Eso sí, una felicidad que se esfumará de golpe si a final de curso los resultados no se ven refrendados con títulos. Social Media for Business here



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