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Nacho (derecha) celebra junto con Ancelotti un gol blanco ante la Real | EFE
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- Carlo Ancelotti
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El pasado sábado arrancó futbolísticamente hablando a eso de las 16:00, cuando el Atlético de Madrid comenzó su partido frente al Villarreal. A esa hora, viendo la jornada que esperaba a la Liga española, la mayoría de los análisis apuntaban en la misma dirección: el partido complicado sería el del Real Madrid contra la Real Sociedad en Anoeta. Sin embargo, a eso de las 22:00, el único de los candidatos al título que había superado su partido como si de un paseo militar se tratase fueron los blancos.
El 0-4 de los merengues estuvo repleto de pequeños detalles. Desde el gol de Illarramendi (el primero que hacía en Anoeta fue contra su Real) hasta el agujero en la rodilla de Bale, pasando por el renacer de Isco o el gol (y ya lleva 5) de Pepe. Una retahíla de aspectos que dieron ganador a los merengues y al que hay que unir el factor 'secreto' de Carlo Ancelotti.
Un factor de poco brillo mediático, pero enorme eficacia y mejor calidad demostrada. Nacho Fernández se ha convertido en el verdadero tapado del Real Madrid y uno de los hombres más regulares de la zaga blanca por delante incluso del resto de 'titularísimos' merengues.
Porque él, Nacho, no es un titular indiscutible. De hecho, en minutos jugados en Liga sólo hay un defensa que haya jugado menos minutos que él. Fabio Coentrao suma 479 frente a los 484 de Nacho. Es decir, que sin contar el duelo del sábado, Nacho era, hasta la fecha, el defensa que menos había jugado con los blancos en el torneo de la regularidad.
Pero, pese a ello, sus actuaciones en cualquier competición se cuentan con el mismo resultado: notable alto rumbo al sobresaliente. Y lo hace, además, variando cada día su pareja de baile e incluso su posición. Nacho ha jugado ya de todo lo que se puede jugar en defensa.
Este sábado lo hizo en el lateral izquierdo que tantos quebraderos de cabeza le trajo. Era ahí donde Mourinho quería ponerle, al contrario de un Toril (ex entrenador del Castilla) que lo prefería en el puesto de central (como Ancelotti).
Pues bien, ahí, en el lateral izquierdo, Nacho estuvo casi perfecto. Y eso que no es su banda. Pese a ello, defendió el puesto, apenas vio como le molestaban por ese costado e incluso se animó en laguna subida para apoyar a sus compañeros.
No era sencillo. Su último partido en Liga se remontaba a la goleada ante el Levante (sustituyó a Varane en la segunda parte). Poco después jugó en Champions la vuelta frente al Schalke. Lo hizo en el lado opuesto, el lateral derecho, y, de nuevo, jugó un partido notable, sin casi lagunas.
Una versatilidad que, además, le ha convertido en una suerte de refuerzo inesperado ante dos bajas que quizá en otros tiempos habrían supuesto un grave problema para el Real Madrid.
Sin Marcelo y Arbeloa, los dos lesionados, Ancelotti solo tiene a Carvajal y Coentrao como laterales puros, algo que, a priori, podría haber desgastado mucho a los dos titulares. Sin embargo, la presencia de Nacho no sólo les ha dado descanso, sino que ha permitido al Real Madrid tener muy bien cubierto ambos puestos siempre que ha sido el canterano el que lo ha ocupado.
El curso pasado, sin embargo, ante la avalancha de lesiones y sanciones, Mourinho no probó jamás esta fórmula. Essien o Ramos fueron casi siempre los escogidos para esa posición.
Hoy, un año después de aquello, Nacho ha demostrado que podría haber jugado en estos partidos y haberlo hecho, además, a un buen nive, como lo ha hecho en los siete duelos que ha disputado en Liga este curso. En cinco de ellos lo hizo lejos del Bernabéu y en ninguno de ellos falló. Valga como prueba que de los 229 pases que ha dado en esta Liga, el 91% de ellos (209) han sido buenos. Un porcentaje mayor que el de Ramos (88,9% de acierto) o Pepe (86,45%).
Semejante efectividad le hace ser, junto con Bartra e Íñigo Martínez, los tres centrales candidatos a ser los sustitutos de Puyol, Piqué, Ramos, Javi Martínez y Albiol en la selección española. Palabra de Del Bosque.Social Media for Business here
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