"Todas las noticias sobre mi renovación con el Real Madrid son falsas". La frase fue publicada (en inglés) en las cuentas de Twitter y Facebook de Cristiano y tiene el valor de un comunicado oficial. El reloj marcaba las 15:53 y desde ese instante la noticia se propagó por el mundo, dicho casi en sentido literal: Cristiano cuenta con 19 millones de seguidores en Twitter y 58 millones en Facebook.
Las primeras reflexiones sobre los 83 caracteres del mensaje (en inglés, insisto) las hicieron los seguidores del futbolista en las redes sociales. El resumen es imposible, por inabarcable, pero la masiva congregación de aficionados del United pidiendo el regreso de Cristiano a Manchester ofrece una interpretación inequívoca: el Real Madrid tiene un problema.
La siguiente perspectiva, más cercana al jugador, nos sugiere que Cristiano, ya de vacaciones, está cansado de la indeterminación del Madrid, más preocupado en estas últimas semanas por Neymar, Bale o Ancelotti que por su continuidad. Cristiano no comprende que se publiquen constantemente noticias sobre su renovación sin que él tenga noticia del club. Desde que Florentino expresó el pasado 28 de mayo en El Larguero su deseo de que Cristiano fuera el jugador mejor pagado del mundo, no ha habido avances en la ampliación de su contrato, que finalizará en 2015, cuando tenga 30 años.
Tensión. Como es sabido, las relaciones entre el futbolista y el presidente no son fluidas desde hace meses. El 2 de septiembre, tras jugar ante el Granada, Cristiano dio la primera muestra de su descontento. "No celebré los goles porque estoy triste. Es un motivo profesional y en el club conocen las razones". Un día antes, había conversado con Florentino. Estaba descontento por el apoyo institucional que el Barça había ofrecido a Iniesta y Messi en la Gala de la UEFA. Mientras los barcelonistas estuvieron acompañados por el presidente Rosell, Pedro López (vicepresidente tercero) y Butragueño (director de relaciones institucionales) fueron la máxima autoridad madridista en Montecarlo.
Sin embargo, el principal motivo de conflicto acabó siendo otro. Según parece, el jugador puso sobre la mesa el interés del PSG y Florentino, molesto, le remitió a la cláusula de rescisión (mil millones): dame el dinero y traeré a Messi. Esa coletilla (u otra similar) irritó muchísimo a Cristiano y consumó el malentendido: el jugador reclamaba cariño antes que dinero (sin que una petición excluyera a la otra) y al presidente le faltó mano izquierda, o paciencia, para tratar el asunto. Según la percepción del entorno del crack portugués, Florentino nunca ha sido tan afectuoso con Cristiano como lo es con Benzema. La prueba, afirman, es que nunca ha celebrado ninguno de sus 201 goles como festejó el que logró Karim en Lyon en 2011.
El problema tiene fácil arreglo si la voluntad de las partes es la que transmiten. El acuerdo, no obstante, será caro. Tal y como publicó Manu Sainz, la operación de renovación hasta 2018 le saldría al Madrid por 166 millones impuestos incluidos, considerado el cambio en la tributación y tenido en cuenta el salario de Etoo, el jugador mejor pagado del mundo (20 millones netos, dos más que Messi).
Cristiano se incorporará al trabajo el 15 de julio y se espera que para entonces ya exista un acuerdo. Ajustar las cifras será más sencillo que superar el malentendido.
La situación es chocante porque el pesimismo del jugador contrasta con el optimismo del presidente, más ocupado ahora en cerrar al próximo entrenador. Sin embargo, tiene arreglo.Social Media for Business here
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