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martes, 21 de mayo de 2013

El Real Madrid devora a Mourinho

Mourinho, en la zona técnica del Santiago Bernabéu. / Javier Soriano (AFP)

José Mourinho se separará del Real Madrid después de tres años de difícil convivencia sin signos de arraigo y cariño, devorado por el club con mayor presión del mundo. Llegó con un poder absoluto para decidir altas y bajas, arremeter contra cualquier obstáculo y pedir incluso la cabeza de Jorge Valdano, brazo derecho del presidente, pero sus diatribas tuvieron un efecto bumerán.

Los resultados, las altísimas exigencias de la ‘casa blanca’, sus broncas, vivir un entorno hostil y sentir al final el rechazo frontal de una plantilla de jugadores que no aceptaron sus faltas de respeto, derrotaron a ‘The Special One’. ‘Mou’ se desmarcó de la línea de elegancia y señorío que intenta transmitir el Madrid, cuya imagen deterioró. Sus enfrentamientos con Iker Casillas, capitán y emblema del club, y con Pepe, meses atrás su primer soldado, simbolizan su método.

No conocía muy bien donde estaba cuando, casi recién llegado, ya pidió que le dejaran sustituir a Queiroz para clasificar a Portugal a la Eurocopa. «Me sentí y pensé como seleccionador. No entiendo por qué no me dejan», se quejó tras perder ese órdago al club. Pero pasarán años y ‘Mou’ será recordado, sobre todo, por meterle el dedo en el ojo a Tito Vilanova tras la Supercopa de 2011. Lejos de pedir perdón, dijo desconocer el nombre del entonces ayudante de Guardiola y le llamó «Pito». Han sido constantes los desplantes de un técnico capaz de ausentarse de la ceremonia del ‘Balón de Oro’ para ir a ver un entrenamiento de su hijo con el Canillas, un equipo de barrio. En la final de Copa ante el Atlético, faltó a la Corona al negarse a subir al palco para recoger los premios al subcampeón. Algunos directivos pidieron entonces a Florentino Pérez la destitución inmediata del técnico.

No podía con el mejor Barça y buscaba excusas. «Algunos eligen a qué hora juegan, a mí no me engañan», espetó contra la Federación. Denunció un supuesto trato de favor de la UEFA a los azulgrana. «No sé si será la publicidad de Unicef, si Villar se lleva bien con Platini…¿Por qué, por qué, por qué?».

Focalizó sus ataques en los árbitros. Aireó una lista con «trece errores graves» en un duelo ante el Sevilla pitado por Clos Gómez, el juez que dirigió la última final de Copa. Al andaluz Paradas Romero le «mandó a la mierda» y a Teixeira Vitienes le esperó en el aparcamiento del Camp Nou tras un clásico.

Actor ante las cámaras

‘The Special One’ ejerció de actor ante las cámaras. Cuando salía a rueda de prensa, manejaba el escenario. «Eres un hipócrita, lo siento», espetó a un periodista amigo de Casillas. Un buen día dijo en rueda de prensa que solo contestaba a las cuestiones de los directores. Encerró a un informador en un cuarto para amenazarle.

Atacó a su propio club. Valdano era un quiste que extirpó tras el primer año. «Quiero que la gente defienda a mi equipo, no solo yo», declaró en alusión al argentino, a quien prohibió viajar en el avión del equipo. Pidió su cabeza a Florentino y se la sirvió en bandeja.

José Alberto Toril y la cantera también fueron desprestigiados. Mourinho no quería que el técnico del Castilla se hiciera cargo del filial y solo criticaba su labor. «Él debe decidir si su prioridad es formar jugadores para el primer equipo o lograr un buen resultado en Segunda», ironizó. Y le prohibió asistir a sus entrenamientos.

Sus jugadores también fueron el blanco de su ira. El primero, Pedro León: «No es ni Zidane ni Maradona», zanjó el técnico para justificar su suplencia. «La derrota es culpa de un jugador mío, que sabía que ese tipo de situación se podía da y Khedira cayó en la trampa». Reprochó a Iker Casillas y a Cristiano Ronaldo que se creyesen por encima del club. Culpó al crack de Madeira de los malos resultados al inicio de su tercera temporada por estar «triste», insistió en que Casillas es «peor que Diego López en las salidas y en el juego con el pie», y apartó a Pepe por defender a su capitán. «Está frustrado porque Rafal Varane, un niño de 19 años, le ha atropellado».

Azote

Fue un azote para los médicos. «Algún iluminado ha hablado de la posibilidad de recuperación de Higuain sin cirugía», dijo cuando perdió a su delantero titular. Envió a Di María a Portugal para que se tratara con un fisioterapeuta que conoció en su etapa como entrenador del Oporto.

Con los seguidores ajenos y propios, tuvo sus más y sus menos. Acusó a la centenaria hinchada merengue de ser demasiado tranquila y no generar ambien, pero fue más allá. «Hay madridistas disfrazados. Yo no escucho al madridismo», sentenció. Le adoraban los radicales de ‘Ultra Sur’, pero el resto se fue distanciando de él de forma paulatina.

Tampoco era muy querido por sus compañeros. Manolo Preciado le plantó cara tras acusar al Sporting de haberse dejado ganar por el Barcelona. ««Si de verdad piensa eso, es un canalla», le respondió el cántabro. Luego sellaron la paz y acabaron con una gran relación hasta el fallecimiento del que iba a ser presentado como entrenador del Villareal. Sus encontronazos con Guardiola animaron el cotarro. «Pep es un gran entrenador, pero ha ganado una ‘Champions’ que a mí me daría vergüenza», dijo ‘Mou’, «el puto amo de las salas de prensa», a juicio del catalán.

«No soy un provocador, soy un trabajador y quiero respeto», esgrimió Mourinho al exponer su ideario. Se irá dejando tierra quemada y sin cumplir el reto. «Lo más importante es ganar la Copa de Europa», decía en su presentación. Tres semifinales consecutivas pero la ‘décima’ debe esperar.Social Media for Business here



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